lunes, 29 de agosto de 2011

LO QUE EL ESPIRITU SANTO ES PARA USTED


Galatas 5:22-25. Mas el fruto del Espíritu es amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe,
 mansedumbre,  templanza;  contra tales cosas no hay ley.
 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
  Si vivimos por el Espíritu,  andemos también por el Espíritu.

1 Corintios 2:9-14. Antes bien,  como está escrito:
 Cosas que ojo no vio,  ni oído oyó,
 Ni han subido en corazón de hombre,
 Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;  porque el Espíritu todo lo escudriña,  aun lo profundo de Dios.
  Porque  ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre,  sino el espíritu del hombre que está en él?  Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios,  sino el Espíritu de Dios.
  Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,  sino el Espíritu que proviene de Dios,  para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
  lo cual también hablamos,  no con palabras enseñadas por sabiduría humana,  sino con las que enseña el Espíritu,  acomodando lo espiritual a lo espiritual.
  Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,  porque para él son locura,  y no las puede entender,  porque se han de discernir espiritualmente.

Juan 14:14-18,26. Si algo pidiereis en mi nombre,  yo lo haré.
  Si me amáis,  guardad mis mandamientos.
 Y yo rogaré al Padre,  y os dará otro Consolador,  para que esté con vosotros para siempre:
  el Espíritu de verdad,  al cual el mundo no puede recibir,  porque no le ve,  ni le conoce;  pero vosotros le conocéis,  porque mora con vosotros,  y estará en vosotros.
  No os dejaré huérfanos;  vendré a vosotros.
Mas el Consolador,  el Espíritu Santo,  a quien el Padre enviará en mi nombre,  él os enseñará todas las cosas,  y os recordará todo lo que yo os he dicho.

Romanos 8:11,16-17,26-27. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros,  el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,  de que somos hijos de Dios.
  Y si hijos,  también herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo,  si es que padecemos juntamente con él,  para que juntamente con él seamos glorificados.
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;  pues qué hemos de pedir como conviene,  no lo sabemos,  pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
  Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,  porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Hechos 2:17-18. Y en los postreros días,  dice Dios,
 Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
 Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
 Vuestros jóvenes verán visiones,
 Y vuestros ancianos soñarán sueños;
 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
 Derramaré de mi Espíritu,  y profetizarán.

Mateo 10:20. Porque no sois vosotros los que habláis,  sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

Isaias 59:19. Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová,  y desde el nacimiento del sol su gloria;  porque vendrá el enemigo como río,  mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.

Hebreos 12: 25. Mirad que no desechéis al que habla.  Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra,  mucho menos nosotros,  si desecháremos al que amonesta desde los cielos.

2 corintios 3:6,17-18. el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto,  no de la letra,  sino del espíritu;  porque la letra mata,  mas el espíritu vivifica. Porque el Señor es el Espíritu;  y donde está el Espíritu del Señor,  allí hay libertad.
  Por tanto,  nosotros todos,  mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor,  somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen,  como por el Espíritu del Señor.


Lucas 12:12. porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.

Hechos 4: 31-33. Cuando hubieron orado,  el lugar en que estaban congregados tembló;  y todos fueron llenos del Espíritu Santo,  y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma;  y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía,  sino que tenían todas las cosas en común.
 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús,  y abundante gracia era sobre todos ellos.

Efesios 4:16,30. de quien todo el cuerpo,  bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente,  según la actividad propia de cada miembro,  recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,  con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

2 Pedro 1:20-21. entendiendo primero esto,  que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
  porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,  sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Judas 1:20-21. Pero vosotros,  amados,  edificándoos sobre vuestra santísima fe,  orando en el Espíritu Santo,
  conservaos en el amor de Dios,  esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

Lucas 24:49. e aquí,  yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros;  pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén,  hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

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